Sembrando Esperanza a Través de la Tenencia de Tierra en Comunidades Brasileñas

El tema de la gobernanza y la regularización de la tierra se ha discutido cada vez más en Brasil desde la aprobación de algunos estatutos clave a finales de los años noventa y principios de los 2000. Con el crecimiento de núcleos urbanos en todo el país y el continuo desarrollo de la industria y la necesidad de vivienda para aquellos que migran a estos grandes centros urbanos, el gobierno brasileño se ha enfocado más que nunca en el establecimiento legal de los asentamientos informales y en la protección de sus habitantes a través de la ley.
Este es un ambiente al que un pequeño equipo del departamento jurídico del Centro Universitario Ritter dos Reis (UniRitter) entró al firmar un convenio con el municipio de Canoas en 2012, acordando asociarse para ayudar a legalizar la propiedad de la tierra para la población local. Desde que comenzaron a trabajar de lleno con la comunidad en 2014, el proyecto ha crecido para incluir a estudiantes, docentes y colaboradores de la universidad y continúa beneficiando a miles de personas en la comunidad.
En Brasil, el gobierno reconoce que existe un gran problema con la forma en que la gente obtiene y reclama tierras en el país. Ha sido un sistema en gran parte informal que resulta en muchos asentamientos no planificados que hacen presión en las capacidades económicas, ambientales y sociales de las áreas. Es un problema de múltiples niveles que a menudo golpea con mayor fuerza a la población socialmente vulnerable, ya que a veces se les venden terrenos bajo falsas pretensiones, creyendo que la venta es legítima y dará lugar a la propiedad absoluta de la tierra. En realidad, frecuentemente es un ardid para obtener una ganancia rápida. O bien, las poblaciones marginadas emigran a estos centros urbanos en crecimiento para encontrar trabajo, pero no encuentran opciones de vivienda accesible. Entonces se ven forzados a establecerse en asentamientos informales, a menudo peligrosos, sin ninguna esperanza real de propiedad de su espacio.

En el municipio de Canoas, UniRitter ha estado trabajando para rectificar este complejo tema por medio de un enfoque legal y social desde el 2014. El proyecto es dirigido por Cibele Gralha Mateus, docente de derecho. Cada semestre 12 estudiantes de UniRitter trabajan cuatro días a la semana en la municipalidad de Canoas. Trabajan para identificar casos en el municipio donde es posible regularizar la tierra, pasando tiempo en la comunidad con personas que viven en asentamientos informales y luego organizando reuniones y negociaciones con los propietarios de las tierras para obtener la documentación oficial de propiedad de la tierra para las familias.
Obtener la propiedad oficial de un pedazo de tierra puede transformar la vida de una familia. Frecuentemente, las familias se ven obligadas a vivir en condiciones precarias en terrenos en zonas peligrosas propensas a inundaciones y condiciones insalubres. El título de propiedad de un terreno en un área segura puede hacer toda la diferencia en el sustento de esa familia. Mateus sabe que para la formación de sus estudiantes es clave ver el efecto que la defensa legal y la acción produce en la vida de las personas.
“Hay una enorme diferencia para los estudiantes que participan en el proyecto”, dijo Mateus. “Ellos aprenden la teoría en clase, pero en el campo, ven cómo pueden cambiar la vida de una persona”. El proyecto en UniRitter hace esto justamente, y desde 2014 han legalizado más de 5.000 terrenos, beneficiando a más de 23,000 personas en Canoas. Mateus cumple la función de asesorar a sus estudiantes, ya que ha estudiado y enseñado sobre temas de gobernabilidad de la tierra durante gran parte de su carrera legal.
El programa se ha convertido en un modelo en el país para este tipo de trabajo, y muchas otras instituciones y municipios han averiguado sobre la forma en que UniRitter ha colaborado con la comunidad en estas regularizaciones. A través del avance que hacen diariamente en su labor para ayudar a los más vulnerables de la sociedad en su comunidad, UniRitter y sus estudiantes están dando a las familias brasileñas un nuevo contrato de vida a través de la propiedad de la tierra.